TRIATLON SPRINT BANYOLES 2015

Este pasado sábado disputé por segunda vez en mi vida el triatlón sprint de Banyoles. El año pasado lo utilicé como válvula de escape ya que necesitaba estar sólo. Este año vi que lo volvían a hacer y decidí apuntarme. No suelo hacer muchos triatlones sprint últimamente, pero este realmente es uno que merece muy mucho la pena. Este año volvía a coincidir con pruebas oficiales de la ITU (al día siguiente se disputaba el campeonato de Europa sub-23) y de la Federación Española de Triatlón (mi prueba era clasificatoria para el campeonato de España), con lo que había la garantía de que estaría bien organizado.

Este triatlón tiene el aliciente de que se nada en el Lago de Banyoles (sin oleaje y… ¡sin medusas!) y que el circuito de bici es cerrado al público y muy variado (con algunos repechos tremendos y zonas donde se pueden coger velocidades de vértigo).

Así me presenté a este triatlón algo más de un mes después del anterior, el olímpico del Garmin de Barcelona (¡qué bien que me lo pasé ese día!). En Banyoles decidí profesionalizarme algo en las transiciones: usé por primera vez unas zapatillas de bici de triatlón que me puse al subirme a la bici (y que me las quité también en marcha) y corrí sin calcetines. Llegué con tiempo suficiente desde Llafranc, recogí el dorsal y puse todo en boxes.
Los boxes antes de la carrera, muy bien organizado y espacioso

Selfie con todo preparado

La salida en la natación era escalonada, con unas 4-5 salidas, nosotros salimos en la última (los plebeyos). Este año la experiencia fue distinta ya que saltamos desde un pantalán donde cada uno ocupaba un recuadro marcado en el suelo sobre moqueta azul para no entorpecernos. Dan la salida y me tiro de cabeza. El agua estaba muy caliente (cerca de 30 grados), con lo que daba más la sensación de nadar en una piscina. Procuro fijarme en la técnica de nado, pero no me noto cómodo en ningún momento en la natación, aunque por suerte no recibo ningún golpe. Cada vez que levanto la cabeza me da la sensación de que estoy rodeado de chicas, ya que nos dieron un gorro de color rosa. Después de un rato alcanzo la rampa con moqueta azul de salida del agua y… ¡oh sorpresa! ¡Mis clásicos 16 minutos en triatlón sprint! (quizás 15-30 segundos menos de lo habitual, pero lo mismo al fin y al cabo). Me dirijo todo lo rápido que puedo a la zona de transición, me quito gafas, gorro y tapones, me pongo gafas de bici, casco, dorsal y cojo la bici. Salgo descalzo y con mi bici, todo bien.

Llego a la línea de montaje y con precaución me subo a ella (lo había entrenado a conciencia). Bien, sin incidentes. Empiezo a pedalear con mi pie izquierdo todavía chafando la zapatilla en la bici, hasta que al cabo de unos metros cojo velocidad y me calzo y ato las dos zapatillas. Contento, mi primera vez.

En seguida me  pasa un hombre algo mayor en la maniobra de la zapatilla. Al principio voy a su rueda, pero veo que no va muy rápido y decido ir en solitario en busca de unos ciclistas que veo más adelante. Al cabo de nada me pasa un pequeño grupo de unos 6-7 triatletas al que me puedo unir y cazamos a un pequeño grupo de 2-3 corredores que hay delante. Formamos un grupo compacto de unas 10 unidades y vamos a buena velocidad (cerca de 40 kms/h). Este año tengo la ventaja de que me conozco el circuito y para nada quiero dejar escapar mi grupo en el primer, fuerte y largo repecho que hay cuando te alejas del lago. Al encarar la primera rampa el grupo se fracciona en tres y yo consigo mantenerme en el segundo grupo. La gente le cuesta subir, yo en cambio voy bastante cómodo y tan sólo me pongo de pie al principio, luego voy pedaleando con fuerza y tiro de mi grupo. Por fin llegamos al llano y voy en cabeza de mi grupo, decido ir a por el primer grupo de ciclistas, al que alcanzamos con cierta facilidad (me lo estoy pasando muy bien sobre la bici). Llegamos a una urbanización donde hay una pequeña subida  y al final una rotonda donde dar la vuelta. Aquí el grupo se vuelve a disgregar en pequeñas unidades. En la bajada y vuelta al llano tiro del dorsal 4592 (un federado llamado Sergi González) y logramos alcanzar de nuevo un grupo de 6-7 unidades. En este punto nos encontramos con la fuerte bajada del primer repecho, todos bajamos a tope, alcanzando velocidades de 60 kms/h. En el llano de después permanecemos 3 unidades, pero yo me descuelgo porque quiero beber tranquilamente y porque sé que luego viene un último repecho matador de algo más de 1 km de largo antes irte directo hacia Banyoles. Llego al repecho y voy adelantando gente, pero con calma. En la bajada vuelvo a beber y procuro tomarme un gel. Finalmente encaramos los últimos 2-3 kms bordeando el lago. En el último km me descalzo con cuidado las zapatillas. Me bajo en la línea tras casi 20,7 kms en 39 minutos y 42 segundos (no está mal teniendo en cuenta que no es nada llano).

Inicio la rápida transición (la hago, con la maniobra de dejar bici, casco y ponerme las zapatillas de correr  a 10 kms/h) y salgo a correr. A mis piernas les cuesta adoptar la mecánica de las carrera y como siempre me noto raro el primer km, pero aunque no lo parezca no voy lento del todo y hago el primer km en 5:03. Sigo corriendo cada vez mejor, en este circuito de dos vueltas que no es ni divertido ni aburrido (ganaría mucho si hubiese algo de gente animando). Bebo solamente en el avituallamiento de la primera vuelta. Al inicio de la segunda vuelta paso a dos chicas que se animan mutuamente y que cogen mi estela al correr. Voy bien, procurando bajar de 5 mins/km. Encaro los últimos metros y aprieto (tampoco puedo mucho) y acabo en 1 hora 25 minutos y 59 segundos, exactamente 3 minutos menos que hace un año (en que me noté más flojo en la bici). Supongo que un par de minutos los he ganado en la bici, 30 segundos en las transiciones y 30 en la carrera a pie.

Paso la meta, y me dirijo al avituallamiento con fruta, bebida isotónica MUY fresquita (¡genial!) y agua. Contento como siempre, comento la jugada con otro triatleta que hemos clavado el tiempo y me voy a buscar mis cosas. Un compañero de box me comenta que se celebra un olímpico en septiembre también en Banyoles, no lo sabía, ¡quizás me apunte!
Así que balance genial, muy contento por la experiencia, las sensaciones en la bici y por haber superado con éxito la T1 y la T2 con las zapatillas en las calas.
Selfie tras la carrera y contento


Próximas citas: ya estoy apuntado al Triatlón Olímpico de Gavà a finales de septiembre (sería mi tercera participación) y me hacía gracia el de Tossa de Mar (13 de septiembre, con una bici dura de 45 kms con mucha montaña), ¡aunque quizás me plantee el de Banyoles una semana antes!


Salud y kilómetros,

Comentarios