El pasado domingo 21 participé por segunda vez en la Garmin. Hace dos años la
disputé en distancia Sprint y esta vez lo hice en distancia olímpica. Este año
decidieron adelantar la fecha de esta carrera a finales de junio en vez de
correrse el primer fin de semana de octubre, creo que todo un acierto ya que
esas fechas suelen tener mucho riesgo de sufrir mal tiempo (como así sucedió el
año pasado, en que regresé a casa visto la brutal tormenta que caía una hora
antes del inicio de la prueba).
La verdad es que afrontaba esta prueba muy corto de preparación,
con pocos kilómetros en mis piernas, pedales y brazos. Desde que terminé con
éxito la Maratón de Barcelona el 15 de marzo de 2015 nuestra vida familiar ha
sufrido numerosos cambios: desde hace unos 3 meses hemos cambiado nuestro lugar
de residencia. He pasado de El Prat de Llobregat a vivir en Sant Cugat, lo cual
ha cambiado mis rutinas y hábitos. Mientras El Prat es perfecto por el
fantástico camino plano que lleva hasta la playa, con fuentes cada kilómetro o
menos, aquí no hay 50 metros llanos. También en las sesiones de bici se nota
más: allí tenía mucho sitio para llanear, aquí me subo para el Tibidabo. Lo que
ha afectado a mi rutina de mediodía en que antes iba al gimnasio y corría /
nadaba/ hacía estática y ahora puede salir en bici en plan sube-baja al
Tibidabo (que es bastante divertido por otro lado). Con todo ello he dispuesto
de menos tiempo del deseado para entrenar, ¡y es que una mudanza es agotadora!
Así, a pesar de todo, me apunté a la Garmin. Podría haber tirado
de conservador y apuntarme a una sprint, pero he de reconocer que en las
olímpicas disfruto más, mucho más. Además ya hace dos años corrí la sprint de
Garmin y quería probar las sensaciones en el circuito olímpico.
El día antes fue movidito: fuimos primero con toda la familia a
comer y a pasear por Barcelona, luego a recoger todos mi dorsal al pabellón de
la Mar Bella. Ahí tuvimos la oportunidad de coincidir con Mario Mola y yo y mis
hijos tuvimos la oportunidad de hacernos foto con él y pedirle un autógrafo.
Por la noche Mercè y yo teníamos cena-boda de uno de mi amigo David que se casó
el día antes. Así, aquella noche apenas dormí (3-4 horas como mucho). Antes de
las 6 me levanté, desayuné, me vestí y cargué todo en el coche para poder
llegar al parking antes de las 7 de la mañana, ya que cerraban el acceso de la
Ronda Litoral a esa hora. Como siempre volví a percatarme de lo desastre que
soy ya que… ¡me dejé mis dos bidones de agua que tenía preparados para la
ocasión! Vaya desastre. Menos mal que pude comprar un par de botellas de agua
de medio litro en un chiringuito y de paso hacer mi tercera visita de la
jornada al baño…
Llego a boxes y dispongo de mucho tiempo hasta la salida. Veo con
sorpresa que estoy justo en la barra siguiente de las bicis de los pros y de
hecho a escasos metros míos están Mario Mola, Cesc Godoy, Carol Routier… Un
vecino de box me pide si le puedo hacer una foto con Mario Mola y que él me
hará otra, así que dicho y hecho me hago otra foto con Mario, que nunca tiene
un no por respuesta y siempre con una sonrisa en la boca. Al cabo de poco me
viene a ver Pau Codina que están dos o tres barras más allá mío, charlamos un
rato y luego los voy a ver yo a él y todo el resto de Cangreburguers. Ellos
salen a las 8:40, media hora después de mi salida. Luego me dirijo ya con poco
tiempo de calentar en el agua con el neopreno (escasos 100 metros para probar mis
sensaciones), ya que queda pocos minutos para el inicio de la competición.
Me pongo ya en la zona de salida, opto por ponerme en una zona
donde hay menos triatletas (porque habrá que recorrer algunos metros más) pero
que espero me libre de golpes. En un principio nos habían avisado que saldrían
primero los pros y que al cabo de 2-3 minutos saldríamos el resto de la salida
de las 8:10. La salida se retrasa 6 minutos y yo esperando que salgan primero
los pros veo que salimos todos, lo cual implica que no estaba mentalmente
preparado en ese momento. Empiezo a nadar y… ¡golpes! Recibo una patada en
plena nariz, pero estoy bien. No obstante noto que el velcro del neopreno me
roza la parte de detrás del cuello. Así que me paro en medio de la marabunta y
me lo arreglo. Mucho mejor, ahora nado sin molestias evitando golpes.
Voy a un ritmo cómodo y fuerte a la vez. De hecho mi primer km lo
hago en algo más de 17 minutos, brutal para mí. Llego a la primera boya y de
nuevo todos apelotonados y habiendo más cuerpos que agua alrededor mío. Pasamos
este primer escollo e intento buscar espacio para nadar cómodo a la vez que
busco un punto de referencia para asegurarme que nado recto. Voy bien, nadando
a buen ritmo pero sin agotarme. Llego a la última boya en la que tenemos que
girar y hacer una diagonal hasta la salida del agua, aquí ya es muy limpio el
giro. Sigo en línea recta hacia la salida del agua y me sorprende que tenga
poca gente alrededor mío, pero compruebo que no me he desviado. Veo que me
acerco a la salida del agua y empiezo a visualizar ya la transición y todo lo
que tengo que hacer. Salgo del agua y veo con agrado que mi Garmin me da unos
1600 metros en unos 28 minutos, ¡grandísimo tiempo para mí! Empiezo la
transición y paro un momento a beber agua, ya que no sé si podré disfrutar
mucho de mi agua y sus botellines improvisados. La transición es larguísima y
toca correr bastante. Al llegar finalmente a la zona de transición me despojo
del neopreno sin demasiada dificultad, y me entretengo como es habitual poniéndome
calcetines y zapatillas de bici. Además aprovecho para abrir los tapones de mis
dos Font Vellas de medio litro. Finalmente cojo mi bici y me dirijo a la salida
del box en una nueva larga transición. Me subo a la bici y… ¡a pedalear!
Empiezo la bici y soy consciente de que en este tramo tengo poco
volumen de kms acumulados y que en mi última triatlón fue mi talón de Aquiles,
donde sufrí para mantenerme a rueda. Nada más salir veo pasar a Anna Godoy, que
supongo iba como mínimo por su segunda vuelta y que quedó tercera clasificada. Voy
pillando ruedas y decido disfrutar del recorrido que es muy variado,
consistente en 4 vueltas a un circuito urbano con bastante giros de 90 o
incluso 180 grados en los que hay que entrar con precaución y donde
inevitablemente pierdes el ritmo. Cuando llevo ya ¾ de la primera vuelta me
pasa un ciclista que me invita a “engancharme” a su rueda e ir juntos. Lo hago
unos kms, pero tras el único repecho que hay en el recorrido ciclista lo
pierdo. Todo el rato voy intentando pillar grupos y en algunos momentos me
mantengo en algunos (lo cual hacer subir mi promedio de velocidad cómodamente),
pero en las curvas muchas veces los acabo perdiendo. No me preocupa en exceso
porque quiero disfrutar y pasarlo bien y porque sé que si pierdo un grupo luego
vienen más porque cojo a los que están dando su primera vuelta (de salidas
posteriores). Al inicio de la segunda vuelta voy al lado de un chico que pincha
rueda, (buff, ¡podría haber sido él!), sigo. Me tomo un gel y voy
administrándome agua. Al inicio de mi última vuelta pierdo mi botella llena de
agua que guardaba todavía para el final del recorrido ciclista, por suerte
estaba destapada y no viene nadie detrás. El último kilómetro del recorrido en
bici aflojo ritmo pensando en la transición a run, que siempre es complicada. Finaliza
en 1 hora y 6 minutos para casi 36 kms de bici.
Me bajo de la bici e inicio la transición hacia mi barra en el
box, más rápido que cuando salí con la bici en la T1. Voy saludando a los
voluntarios de la organización que van dando ánimos a la gente y yo contento se
lo agradezco, la verdad es que me lo estoy pasando muy bien. Inicio con
precaución el tramo de run, ya que noto las piernas agarrotadas y no quiero
sufrir ningún calambre ni que se me suba el cuádriceps (que empieza a
amenazar). Suerte que nada más salir de boxes en el primer km del run hay una
avituallamiento en donde paro y bebo con tranquilidad todo un vaso, a la par
que me tomo un par de pastillas de sales. Sigo y cada vez voy corriendo más
cómodo, el primer km entorno a 5:30/km. En el km 2 me cruzo con Carol Routier,
que iba en cabeza de la prueba femenina y le doy ánimos. Voy cogiendo ritmo y
la verdad es que cada vez me siento más cómodo, ágil, rápido. Voy adelantando a
algunos triatletas y agradeciendo los ánimos de los voluntarios. Ahora llevo un
ritmo sostenido ligeramente por encima de 5 mins/km. En el avituallamiento del
Arco de Triunfo bebo y me echo un vaso de agua por encima. Sigo y me dirijo ya
pasado el km 6 para entrar en el Parc de la Ciutadella y me cruzo con JoanRo,
con quien chocamos la mano. En el Parc de la Ciutadella se da una pequeña
vuelta, se pasa por delante del Parlament y vuelves a salir. Al salir del
parque ya pasado el km 7 me cruzo con Pau, al cabo de nada con Toni. Sigo por
el paseo de circunvalación y hacia el final veo a Jordi, al llegar al final de
Marina a Xavi. Veo que puedo bajar de 50 minutos en el run, así que como me
noto perfecto de todo decido apretar a tope y acercarme también al crono de 2
horas 33 minutos, ¡que supondría bajar en 14 minutos la marca de Gavà! ¡Voy a
tope, muy, muy contento! Hago el último km en… ¡3:31! Cruzo el arco de meta y mi
felicidad es total: 2 horas, 33 minutos y 40 segundos. ¡Y el 10k lo he hecho en
49:55!
Al cruzar la línea de meta recibo mi medalla de finisher y me voy
a la zona de avituallamiento post carrera donde decido tomarme mi tiempo a la
sombra y esperar a todos los Cangreburger que van llegando poco a poco. Al
final todos felices nos hacemos fotos de grupo y nos tomamos algo en un
chiringuito. Genial este día de Triatlón, cada vez más enamorado de este
deporte. Próximos retos. Tri Sprint de Banyoles el 25/7, me gustaría hacer el
tri olímpico de Tossa de Mar el 13/9 y el olímpico de Gavà a final del mismo
mes.
Salud y kms
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