MARATÓN DE BARCELONA 2014 – MI PRIMER MARATON Y MI PRIMER DNF

Este 16 de marzo tuve la oportunidad de disputar mi primera maratón. La verdad es que desde que empecé a correr el hecho de correr 42,195 Km me parecía una distancia casi sobrehumana cuando el hecho de correr 10 kms me parecía toda una proeza. Pero con el tiempo te entrenas y tu cuerpo asimila que “10 kms no es nada”, que 12 kms es asumible, que 15 kms en realidad es algo más de 1 hora y 20 minutos corriendo, hasta que acabas tu primer medio maratón, tu segundo y coqueteas mentalmente con la idea de LA DISTANCIA. La verdad es que el hecho de que varias personas relativamente próximas fuesen corredores asiduos a la maratón de Barcelona (los Cangreburguer, Crespi) hace que veas que es algo alcanzable con un entrenamiento adecuado.

 Así debió ser al acabar le Behobia-San Sebastián en que le pregunté a Andreu López, mi entrenador personal de mybestchallenge.com, sobre la posibilidad de preparar la madre de las distancias del running y mis dudas acerca de la posibilidad de disponer de tiempo para entrenar. Él me ayudó a acabar de decidirme y me apunté a la Maratón de Barcelona (además gratis cortesía de Zurich Seguros gracias a los varios seguros que tengo con ellos). Así empezó mi planning de entrenamiento que he ido siguiendo como y cuando he podido, madrugando, haciendo tiradas de 21 o 30 kms a las 10 u 11 de la noche, robando tiempo a la comida al mediodía… muy duro.

 Así me planté  con los deberes más o menos hechos hasta que… una semana antes de la carrera, un domingo que me tocaba mi última tirada larga de 18 kms, me levanté con dolor de garganta. Hice mi tirada sin contratiempos tras tomarme un Lizipadol, pero durante el día el dolor fue a más y ya por la noche tenía fiebre y no podía ni tragar. Aquella noche fue infernal, casi no dormí, no podía tragar mi propia saliva y además tenía fiebre. Al día siguiente fui incapaz de levantarme de la cama y me levanté tan sólo para ir al médico: antibiótico durante una semana + Ibuprofeno y paracetamol. Me tiré casi 1 día y medio sin comer y casi sin beber. El martes ya empecé a encontrarme mejor y el miércoles ya fui a trabajar, el jueves hice un viaje de trabajo pero me encontraba débil. Me desaconsejaron correr la maratón porque además me dijeron que el antibiótico debilita y afecta a la musculatura. Yo consulté con Andreu y me aconsejó dejar los antibióticos e ir a ritmo más pausado durante la carrera. El viernes me probé haciendo un entrenamiento suave en la cinta del gimnasio de sólo 7 kms y el domingo decidí plantarme en la línea de salida (es una putada que te digan que no debes correr cuando llevas 4 meses entrenando como un animal y encima tienes ilusión de entrar a meta con tus hijos de la mano).

El viernes tras el último entreno fui a buscar a mis hijos al colegio y me fui con ellos a la feria del corredor a recoger mi dorsal. Ya me los había llevado alguna vez y sabía que les encantaría, además creo que es bueno que se empapen del  mundillo del deporte, un ambiente sano. Me hacía gracia porque les decía que correr una maratón era prácticamente ser un superhéroe. La verdad es que lo pasamos bomba y los peques salieron cargados de regalitos, globos, pegatinas… vamos, genial para ellos. El sábado fue un sinvivir de nervios previos a la carrera y ya me preparé al mediodía todo lo necesario para el día siguiente: camiseta, mallas, dorsal, geles, gafas, media compresivas, bambas, pulsómetro… ya por la noche me costó muchísimo dormirme.

Por la mañana del domingo me levanté puntual a las 6 de la mañana, desayuno paleo completo y potente, me visto y me dirijo a las 7:05 h del punto de encuentro con Pau, Jordi y Xavier, los Cangreburguer. De camino paramos y se sube al coche un corredor veterano de maratones (casi 70 años tenía el hombre) que nos explica batallitas de las incontables maratones que ha corrido. Llegamos rápidos a la plaza España, nos encontramos con los otros Cangreburguer (Joan Robert, Toni y Gerard) y vamos hacia la zona de salida, con muy breve calentamiento, meadita y foto de grupo para la posteridad. Me meto en el box de salida con Jordi (su segunda Maratón y compañero de aventuras en la Cursa de Bombers de 2013) y Gerard. En condiciones normales pienso que hubiera podido correr con Jordi (quiere bajar de las 4 horas) pero tengo previsto ir a un ritmo más lento para asegurar ser finisher debido a mi reciente enfermedad.
Con los Cangreburguer antes de la salida

Minutos antes de la salida

Selfie antes de salir

Dan la salida y al cabo de casi 16 minutos salimos nosotros. En seguida pierdo a Jordi y Gerard de vista, yo a lo mío. El recorrido al principio es un poco rollo, ya que no hay mucha gente animando, aunque yo guardo la esperanza de que Gisela (amiga del trabajo) salga a animarme al paso por el Camp Nou. Al salir de Plaza España cogemos la carretera de Sants/ Collblanch (como se quiera llamar), aquí pasamos lo primeros kilómetros hasta llegar a Avenida de Madrid donde seguiremos recto, subimos por Numancia, hasta la Travessera de les Corts para pasar por delante de la Maternidad y el Camp Nou. Rodeamos el Camp Nou y pasamos por delante del cementerio de Les Corts donde está el mayor repechón de toda la carrera y donde me encuentro algunos runners que incluso llegan a caminar. Yo voy intentando mantener todo el rato un ritmo que me sitúe entorno a las 4 horas: 5:35-5:45. Llegamos a la Diagonal donde es más llevadero correr con la continua bajada suave que hace el recorrido. He tenido la prudencia de coger en el km 5 una botella de agua y voy bebiendo todo el rato sorbitos, hoy va a hacer calor y tengo que estar muy bien hidratado. El trayecto de Diagonal (este porque luego retomaríamos la Diagonal hacia el km 25 en la parte de Diagonal Mar) finaliza en Avenida Sarrià donde bajamos (las piernas y el corazón lo agradecen) y donde está la tienda de Evasion Running cuyo personal está animando (reconozco al vendedor de mis fantásticas Adidas Supernova Sequence y le saludo). Giramos en la calle París dirección Llobregat y paso por uno de los puntos que marcó mi juventud juerguista: el ya desaparecido Bar Fogón (antro cutre con grandes recuerdos y muchas noches divertidas, quién me hubiera dicho a mí que al cabo de unos años estaría corriendo por ahí una maratón). Seguimos hasta llegar a Numancia donde giramos de nuevo dirección Plaça Espanya en bajada. Me tomo un gel en el km 10. Justo a la altura de la Dama i l’Ocell están los bomberos de Barcelona animando como locos (subidón), ahora esto se empieza a parecer a una carrera de gran recuerdo, la Behobia. A la altura del centro comercial Las Arenas la animación es tremenda, con grupo de batukada incluido, lo cual es fantástico y llegamos ya al km 11. Voy calculando el tiempo y veo que Mercè tendrá margen suficiente para esperarme con los niños en Passeig de Gràcia (Mercè venía con mis dos hijos mayores, Guillem y Clara y me tenía que ver allí, en Glorias y en la meta). Llegamos a la archiconocida (Bombers, Jean Bouin, Media Maratón de BCN… todas pasan por aquí) Gran Vía.
Corriendo por la Gran Vía (creo) todavía muy entero

Después de este tramo subimos por Paseo de Gracia donde me sorprende que no hay tanta gente animando como esperaba. Empiezo a buscar a Mercè, hemos quedado que ella siempre esté a la derecha de los corredores y a la altura de Aragón los veo: ¡qué alegría! Me encuentro bien y los saludo muy contento de verlos, Guillem se pone a correr al lado mío uno 20-30 metros, ¡qué ilusión! En seguida se queda y vuelve con su madre y yo prosigo en mi camino. A la altura de Rosellón giramos en dirección Sagrada Familia. Estoy bien y hay cada vez más gente animando a lo largo del recorrido. Pasamos junto a la Sagrada Familia, este recorrido realmente es muy bonito y se pasa por los puntos más emblemáticos de la ciudad. A la altura de Mallorca con Sagrada Familia me habían avisado que había un fotógrafo, yo saludo pero un tipo se pone justo en medio de mi instantánea… ¡lástima! Ahora ya llegamos a la calle Valencia donde giramos a la izquierda en dirección la Meridiana.  Yo voy todo el rato con mis botellas de agua hidratándome cada poco tiempo y con un buen ritmo con objetivo de hacer 4 horas en la Maratón. Aquí me saludan unos vascos porque llevo puesta la camiseta de la Behobia-San Sebastián de este año, les digo que soy catalán pero que la carrera fue genial, que repetiría seguro. Así transcurre todo hasta que llegamos a Meridiana.

Giramos a la izquierda en Meridiana donde creía que sería una parte dura del recorrido, pero hay tantísima gente animando y con tantos grupos de animación que se hace más llevadero pese al calor que hace y al hecho de que sea cuesta arriba suave. Se empieza en el km 18, se corren 2 kms por ella, se da la vuelta y se deja la Merdiana en el km 22. Aquí voy a ritmo más lento pero seguro y con la gente que te lleva en volandas. Al llegar al km 20 hay un avituallamiento donde hay comida (fruta) y donde cometo el error de no coger nada porque me despisto, pero sí cojo Powerade y agua. Llego al final y damos la vuelta. Veo que pasaré la media maratón ligeramente por encima de las 2 horas, pero me noto bien y fuerte, así que al pasarlo en 2 horas y 15 segundos (más o menos) me digo que ahora es el momento de apretar el ritmo para ir 5 segundos más rápido el km. Y llego al final de Meridiana y… ¡ñaca! : ¡primer aviso! Ligero tirón en el la parte de atrás de la pierna izquierda que me hace tocarme la zona y cojear. Sigo corriendo con tiento y veo que todo va más o menos bien, pero me acojono. Voy corriendo y pienso que lo de “apretar” mejor dejarlo estar para otro año, que hay que acabar. En breve llegamos de nuevo a la Gran Vía (tramo muy muy feo) y voy aflojando el ritmo. Dejamos la Gran Vía por Rambla de Prim y noto que mis gemelos (especialmente los de la pierna izquierda) empiezan a moverse extrañamente solos (uh oh…). Me pongo a un lado y en una acera estiro los gemelos para liberarlos de tensión. Sigo. Pienso que sería conveniente recurrir a algunos de los supuestos fisios que hay a lo largo del recorrido para que me ayude con un breve masaje.

Llegamos a la Diagonal cerca del Fórum y subimos por ella dirección Glorias. En eso que veo el avituallamiento del km 25 (ya me he tomado mi tercer gel hace poco) y pillo plátanos, powerade, agua… y veo un puesto de fisio. Le pido si me puede ayudar y al pararme… ¡zasca! calambre y se me sube el gemelo. La chica me ayuda y me devuelve rápidamente el gemelo a su sitio… no puede hacerme nada. Sigo y ya pienso seriamente que no voy a poder acabar en mi estado, que lo lógico sería abandonar hasta llegar al punto donde está Mercè (km 28). Voy a un ritmo muy lento y me tengo que parar alguna vez a estirar de nuevo. Se me hace agónico llegar hasta las Glorias, con mis gemelos moviéndose al ritmo de baile de San Vito. Y llego: ahí está Mercè con los niños y le digo “no puedo más” y ella me dice “tú tranquilo cariño hasta donde puedas”, así que sigo (error, debería haberlo dejado antes).
Me dirijo ahora hacia el Fórum, y me veo con fuerzas de seguir incluso en unos 2-3 minutos me da la sensación de que mis piernas han mejorado algo: espejismo ya que en cuanto lo pienso vuelven los calambres. Paro. Me aparto de la carrera y al lado de un bar me pongo a estirar los gemelos. A eso que pasa Jordi (al que yo hacía mucho más adelante y resulta que yo lo había pasado) y me anima que siga, el hombre está caminando y con cara de destrozado (se ha dado de bruces con “EL MURO”), yo le digo que no puedo más que tengo calambres. Se van los calambres y veo que Jordi corre al ritmo del trote cochinero, venga va, vamos a seguirle unos metros más atrás de él. Paso el km 30 y me bebo todo lo que hay a mi alcance… Sigo unos 200-300 metros medio corriendo y caminando cuando un chico me anima: “Vamos Hugo”. No lo conozco de nada pero llevo el nombre en el dorsal, le saludo en forma de agradecimiento y… me dirijo hacia donde está él para estirar. En ese momento se me suben los gemelos de ambas piernas junto con los cuádriceps ¡dolor! No me puedo aguantar de pie, tengo dos bolas tremendas en las piernas. El pobre chico intentar ayudarme y le pido que empuje la punta del pie hacia arriba para que los gemelos vuelvan a su sitio. ¡Menos mal de él! Es el momento de abandonar, no voy  a poder acabar mi primer maratón, lo he intentado pero no ha sido posible. Hay que ser realista, habiendo estado dos días en la cama fatal y con antibióticos no era la mejor combinación posible para alcanzar mi sueño de entrar con mis hijos de la mano en el km 42,2.

Cojo mi móvil y busco con Google Maps la parada de metro más cercana: estoy de suerte, a unos 50 metros de dónde estoy yo hay una parada. Además llevaba un billete encima por si acaso… Llamo a Mercè y quedo con ella en Urquinaona para volver a casa, mi aventura se ha acabado.

Mi experiencia de mis ¾ de maratón ha sido positiva, lo disfruté hasta que mis piernas iban por otro camino del que yo quería que fueran y adquirieran vida propia. Por la noche me enteré que con unas pastillas de sales seguramente hubiera podido evitar los calambres, pero como no dejo de ser novato en estas lides no lo sabía: lástima.

Ahora tengo ganas de hacer otras cosas, además de correr, correr y correr. El entrenamiento para una maratón es muy duro y sacrificado y ahora el cuerpo me pide otras cosas: volver a pillar “la flaca” (mi bici de carretera) y volver a la piscina. Mi objetivo es preparar un triatlón olímpico para principios de verano: el de Cambrils. La verdad es que últimamente el trabajo y la familia no facilitan demasiado tiempo para entrenar y no sé si estaré suficientemente preparado, pero tengo ganas de variar. Ya he vuelto a la bici con buenas sensaciones (sólo un día) y a la piscina (con ritmos increíblemente lentos). Me gustaría subir de peso, porque con el entreno de Maratón creo que he bajado demasiado y estoy entre 66-67 kgs (hace un año pesaba más de 85 kgs), quiero volver a 70 kgs para ganar algo de volumen de grasa-músculo en el tronco superior y flotabilidad. ¿Y otra maratón? Ni idea, ahora mismo está fuera de mis planes, conociéndome seguro que me volveré a apuntar al reto, pero no sé si será en 2015 o 2016. Me gustaría, eso sí, que fuera en Barcelona.


Salud y kilómetros

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